miércoles, enero 11, 2006

Cambiamos para bien

Desde hace algún tiempo nuestro máximo líder, se encuentra a la cabeza de un proceso que pone en el centro de la batalla al Partido Comunista de Cuba y a todos sus militantes y abarca a toda la sociedad, responsable plena de labrar su propio futuro.
Muchas son las irregularidades detectadas en el control de los recursos en las entidades económicas, la mala utilización de materiales e insumos, su venta ilícita y hasta el desvío de recursos, llegando en algunos casos a manifestarse hechos de corrupción, incompatibles con la moral y la ética del socialismo.
En realidad este es un flagelo que perfora a cualquier sociedad y si es la socialista mucho más, motivo por el cual la dirección de la Revolución tiene que centrar su accionar en esta dirección.
Muchas han sido las batallas libradas en estos 47 años de triunfo revolucionario y próximos a cumplir 45 de habernos declarados SOCIALISTAS, pero la estrategia para reverter esa situación está en marcha.
Por doquier se emplean nuevos métodos para el control en las entidades económicas, se multiplica el papel fiscalizador de las organizaciones de base del Partido, las que multiplican su labor con las administraciones para evitar que proliferen estos males de los que hicimos referencia en un inicio.
De muy honestas, valientes y sagaces evalúo las intervenciones del Comandante en Jefe en el Aula Magna de la Universidad de La Habana el 17 de diciembre de 2005 y las realizadas en las últimas sesiones del Parlamento cubano, en las que se refirió a la sociedad que construimos y cómo debíamos ser los cubanos de estos tiempos en que se consolida el presente y se proyecta el futuro lleno de nuevas ideas, métodos y estilo de trabajo de toda la sociedad.
El hecho que el 2006 lleve por nombre “Año de la Revolución Energética en Cuba”, no es una casualidad. Están claros para todos los beneficios de que goza hoy el país con la política de ahorro llevada a cabo con el combustible, el fortalecimiento de la actividad financiera y administrativa en cada colectivo y el fortalecimiento de la unidad de las organizaciones y del pueblo junto al Partido, todos juntos al frente de esta batalla por la dignidad y el decoro del aguerrido pueblo cubano.
Muchos medios de prensa se han referido a este tema, tratado por Fidel con claridad meridiana, sin medias tientas ni proteccionismo. Se manifestó con la fuerza que da la moral y el decoro de un cuadro ejemplar y un paradigma para el mundo.
Los resultados económicos del año que culminó evidenciaron un proceso de fortalecimiento con un crecimiento de 11,8 con beneficios sociales en mano, demostrativos de cuál es nuestro verdadero PIB.
Se producen cambios tácticos que fortalecen la estrategia, consolidan los principios y proyecta un futuro promisorio. En realidad mis amigos, los cambios son para bien y solo la vida dirá la última palabra..
Sergio Rivero Carrasco

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