lunes, enero 16, 2006

Somos cada vez más invulnerables

Tal y como afirmara el Comandante en Jefe Fidel Castro al hablar en el acto de entrega de las primeras doce locomotoras chinas destinadas al desarrollo del transporte ferroviario cubano celebrado el sábado en los centenarios talleres José Ramírez Casamayor, ubicados en la capital cubana.
Nuestro máximo líder recomendó a nuestros principales enemigos olvidarse de su psicosis de derrotar a la Revolución a pesar de su criminal bloqueo y los famosos planes de transición, porque este país se vuelve cada vez más invulnerable en lo económico, lo político, y es capaz de enfrentar victorioso una agresión armada de los Estados Unidos.
Afirmó que mejor se buscan un stock de medicamentos para enfrentar las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares, sugirió el líder cubano a los que sueñan con destruir nuestro socialismo y someter al pueblo, pues para mal de sus proyectos, Cuba proseguirá con su crecimiento económico y desarrollo social.
Fidel comenzó su intervención calificando de un día histórico este 14 de enero de 2006, fecha en que después de atravesar los difíciles años del Periodo Especial, cuando fue imposible llevar adelante nuestras aspiraciones de desarrollar un sistema ferroviario eficiente debido a la caída del campo socialista y la Unión Soviética, y el recrudecimiento del bloqueo yanqui, marca el inicio de la recuperación en esta modalidad de transporte con la puesta en marcha de la docena de locomotoras adquiridas en la hermana nación asiática.
Argumentó que estos equipos son los mejores que se han recibido en nuestro país; los más modernos, económicos y eficientes con que hemos contado.
El Presidente cubano destacó la superioridad de estas locomotoras sobre las fabricadas en Estados Unidos en cuanto al consumo de combustible, ese recurso tan escaso y cada vez más costoso en el mundo. Por si fuera poco, dijo, una de esas locomotoras cuesta el 37 % de lo que cuesta una similar estadounidense, es decir: la china 1,3 millones por 3 millones la norteamericana.
Elogió la funcionalidad de estas locomotoras de 2 500 caballos de fuerza, dotadas de equipos computarizados que disminuyen los riesgos de accidentes, de aire acondicionado y muy confortable para los tripulantes.
Agregó que son como equipos electrógenos de primera calidad, con un motor capaz de producir 1 870 kWh, una especie de termoeléctrica rodante que en caso de ciclón puede suministrar electricidad a decenas de miles de personas.
El líder de la Revolución consideró la adquisición —con intereses y tiempo satisfactorios— como un magnífico símbolo de la amistad entre los pueblos y gobiernos de Cuba y China. Afirmó que esa gran nación asiática es hoy justamente la principal locomotora del desarrollo económico del mundo.
Admiró la producción de locomotoras en China y de manera particular en la Fábrica 7 de Febrero. Dijo no creer que exista otra en el mundo capaz de elaborar anualmente 600 equipos de este tipo.
Al reiterar la importancia del ahorro de combustible, Fidel señaló que con mucha razón Cuba está hoy en medio de una revolución energética, aspecto vital para el desarrollo integral a que aspiramos.
Apuntó que no pocos se sorprenden del crecimiento económico de 11, 8 %. Tal asombro se explica por el hecho de que no conocen lo que está ocurriendo en este país. Estamos muy conscientes de las necesidades que tenemos, añadió; estas se resolverán poco a poco, de acuerdo con las posibilidades y las prioridades establecidas.
Explicó que de los 1 000 ómnibus comprados a China, los cuales ya hay una parte en Cuba, y el resto arribará al término del primer semestre de 2006, unos 300 se destinarán a misiones especiales como el traslado de constructores, estudiantes y trabajadores sociales de una provincia a otra, y a apoyar al sector del Turismo, que experimenta una mayor demanda. Otros 700 —indicó— tendrán la responsabilidad de realizar viajes interprovinciales para la población.
En los minutos finales, Fidel se refirió a un cable de la agencia de noticias Reuters que en un despacho reciente indicaba el temor de un diplomático chino "por el cobro de las ventas de bienes duraderos a la Isla".
El Comandante en Jefe aclaró que en ninguna parte de las declaraciones del diplomático se expresaba tal temor, solo infundado por las interpretaciones que muchas veces hacen las agencias internacionales de prensa.
A los que tienen dudas sobre cómo vamos a pagar, respondió que se hará no solo con los recursos crecientes que seremos capaces de generar, sino, y sobre todo, con lo que vamos a ahorrar en el consumo de energía.
Fidel afirmó que todo lo que se acuerde entre Cuba y China es sobre la base de lo que convenga a ambos pueblos.

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