sábado, febrero 18, 2006

Encuentro con Nancy Morejón: Ejercicio de bella humildad

El abuelo, apetito por la lectura, nexo Ángel Augier-Nancy Morejón-Nicolás Guillén, versatilidad, fusión de lo íntimo y social, presentación de Cuerda veloz con las mejores armas literarias e impresión ante la obra de un joven artista de la plástica pinera.
Lo que acabo de redactar no se ciñe a ningún lead (párra­fo introductorio); responde a la necesidad de transcribir impresiones, conforme las plasmé en mi agenda, a propósito del subyugante encuentro con la escritora Nancy Morejón Hernández, Premio Nacional de Literatura 2001 y una de las figuras a quien está dedicada la XV Feria Internacional del Libro.
Sentí placer al sintetizar de esa manera en el párrafo de entrada lo ocurrido durante las dos horas de intercambio, en la sede territorial del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, con esa mujer sosegada y talentosa, que reveló el enigma de su arte, cuyo sustrato recae en la lectura practicada desde la niñez cuando confundía con el sueño cualquiera de las páginas de sus libros favoritos.
“Es más importante leer y escribir que publicar. La lectura es una función tan vital del ser humano como lo es respirar, comer y andar. Juan Hernández, un tabaquero de La Habana en tiempos de Machado, repetía cada mañana: ‘Yo solo respeto las casas en donde primero entra un periódico y, después, un boniato’. La divisa de Juan Hernández, que era mi abuelo, se volvió una práctica cotidiana y marcó el rumbo de mi más legítima vocación: la lectura”. La demostración de que Nancy es una de las más destacadas especialistas en el estudio de la obra de Nicolás Guillén se refleja en el ensayo Nación y mestizaje en Nicolás Guillén, donde demostró que la literatura de nuestro Poeta Nacional representa las esencias de lo cubano.
“Una de las razones que hacen posible este encuentro quizá se relacione con mi vínculo con él; pero quiero recordar al gran biógrafo y crítico de su obra, Ángel Augier, y todos pensamos que no por azar, la feria número 15 del libro está dedicada a nosotros. Él es un hombre montado en 95 abriles, aunque está muy lúcido, no hay que abusar de su salud.
“Es importante que la Fundación Nicolás Guillén en la Isla no solo investigue su biografía, sino que profundice en sus proyecciones y lean el periodismo que ejerció.”
Considerada una de las voces más relevantes de la poesía cubana actual, posee una producción poética de más de 12 títulos. Un momento emotivo resultó la presentación de su texto Cuerda veloz que realizó el joven escritor pinero José Antonio Taboada, volumen que contiene una selección de los poemarios: La Quinta de los Molinos, Paisaje célebre, Piedra pulida, Elogio de la danza y Octubre imprescindible.
Esta talentosa mujer ha cultivado el periodismo, la crítica teatral, la investigación literaria y las artes plásticas.
“No me considero una crítica de arte propiamente dicha, tengo las iluminaciones de los poetas en relación con el mundo del arte, lo cual no quiere decir que no aportemos y no veamos cosas que a veces los críticos no ven.
“Para mí es una sorpresa más que grata, que Rafael Calvo haya estado aquí. Llegué al Palacio de Lombillo a hacer otras cosas y advertí su exposición. Yo escribo acerca de lo que me gusta.
“El arte de Calvo es tan original como conmovedor, en sus pinturas hay una gran factura y elementos de mucha poesía, belleza, lleva en su entraña aguas y máscaras lavadas en un magistral juego de luces y sombras. En su trabajo vi una gran limpieza, una vocación real de comunicar cosas de su identidad.
“Ese es el valor que tiene Instintos del Monte para una habanera que pasó por allí, por lo de Eusebio, entró al Palacio de Lombillo y vio su exposición que amerita tremendamente y sirvió de inspiración para escribir mi artículo en Opus Habana, que es una revista preciosísima. Me gustaría continuar su trayectoria.”
El haber conseguido que todas sus publicaciones sean reconocidas, ya como obras de creación, teóricas o de investigación, sin dudas resulta muy estimulante, pero Nancy Morejón lejos de vanagloriarse lo asume como un ejercicio de humildad.
“Escribo: dormida o despierta, despierta y dormida. Con el idiota de guardia o con la estrella que ilumina. Escribo. Siempre voy a escribir.”

Mayra Lamotte Castillo y
Sergio Rivero Carrasco
Foto: Evelio Medina Rodríguez

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