lunes, mayo 15, 2006

Las celdas no pudieron encerrar las ideas

Hoy miles de pineros se concentran frente a la escalinata del otrora Presidio Modelo
hoy Palacio
de Pioneros, para festejar esta victoria del pueblo cubano en 1955.
  • Aniversario 51 de la salida de prisión de Fidel Castro y otros atacantes al Moncada.

La historia de los 20 meses que guardaron prisión los combatientes del Moncada, en la entonces Isla de Pinos, y su liberación el 15 de mayo de 1955, constituye un ejemplo de la fuerza de las ideas y del espíritu de lucha que no pudo ser encerrado por lo barrotes de ese monstruo devorador de seres humanos que fue el Presidio Modelo como lo mal llamaron desde la época de Machado.
El presidio fue para los jóvenes de la Generación del Centenario encabezados por Fidel Castro, a pesar de los rigores impuestos por los carceleros, una etapa de intensa preparación y organización para continuar el combate.
Prueba de lo anterior fue la creación, durante el forzoso cautiverio, de la Academia Ideológica Abel Santamaría y la biblioteca Raúl Gómez García. De ellas diría el asaltante Ernesto Tizol: "Nuestra estrategia en la prisión era no perder un solo momento en la preparación política, cultural e ideológica, para estar más aptos cuando reiniciáramos la lucha una vez fuera de la cárcel."
También es significativo el episodio del 12 de febrero de 1954, cuando en ocasión de una visita del tirano Fulgencio Batista al penal, los Moncadistas alzaron sus voces y entonaron la Marcha del 26 de Julio, como acto de valentía y expresión del espíritu de lucha mantenido por el grupo.
En la soledad de su celda, Fidel reconstruyó el alegato de autodefensa en el juicio y lo escribió en secreto con sumo de limón. Sacarlo, reproducirlo y distribuirlo clandestinamente desempeñaría un invalorable papel en la formación de una conciencia acerca de la necesidad de luchar y en fijar los objetivos programáticos de la Revolución.
De manera simultánea se libraba la batalla por la amnistía. Esta fue iniciada por los familiares de los combatientes y se extendió a todo el país. En las provincias se formaron comités pro amnistía y creció en breve tiempo la demanda de libertad.
La presión de la opinión pública obligó al régimen tiránico a buscar soluciones. No demoraron en lanzar la especie de un posible indulto, pero solo para los Moncadistas. Fidel descubrió la maniobra divisionista y le salió al paso.
A ello respondería tajante, que solo aceptarían una amnistía si alcanzaba a todos los presos políticos.
La movilización popular fue decisiva. La Ley de amnistía - la 113 dictada en 53 años de República-, fue aprobada el dos de mayo por la Cámara de Representantes, sentenciada el tres por el Senado y firmada por el dictador Batista el seis.
El día 15, sobre las 11 de mañana, después de una tensa espera, los familiares y pobladores de la Isla de Pinos, hoy Municipio Especial Isla de la Juventud, reunidos frente a la entrada del penal, vieron salir a los primeros combatientes, tradición que se realiza hasta nuestros días como símbolo del advenimiento de la libertad para Cuba en la figura de los combatientes del Moncada que más tarde llevarían a vías de hecho la Revolución.
En el segundo grupo se hallaban Fidel, Raúl Castro, Juan Almeida, Armando Mestre, Agustín Díaz Cartaya y otros. Se iniciaba en ese momento una nueva etapa de lucha. En ella no se perdería un minuto.
Ya antes, el 19 de marzo, en un artículo publicado por la revista Bohemia, el joven Líder había fijado su posición frente a las insinuaciones del gobierno de conceder la amnistía si había un compromiso tácito o expreso de acatamiento al gobierno.
"... por la fuerza se nos puede privar de esos derechos y todos los demás, pero jamás logrará nadie que aceptemos disfrutarlos mediante un compromiso indigno. A cambio de nuestra libertad no daremos, pues, ni un átomo de nuestro honor."
Consecuente con ello, el mismo día de la salida, y todavía sin abandonar la Isla, ofreció una conferencia de prensa en la que adelantó el futuro inmediato: "...nuestra libertad no será de fiesta o de descanso, sino de lucha y de deber."
El ferry El Pinero devino testigo durante el traslado a Batabanó, en La Habana, de la reunión donde quedaba organizado el Movimiento 26 de Julio.
El posterior multitudinario recibimiento en la Estación Terminal de Ferrocarriles en la capital, donde Fidel fue sacado en hombros por una ventanilla del vagón de pasajeros, permitía vaticinar el porvenir inmediato.
Al respecto Raúl Castro, en un artículo publicado en ocasión del aniversario 30 del asalto al cuartel Moncada, expresó: " Cuando los dirigentes revolucionarios salimos de prisión en 1955 ya existía una estrategia de lucha elaborada."
La excarcelación de los jóvenes Moncadistas fue un singular momento de la historia patria, que dejó una enseñanza válida para todos los tiempos: en la lucha y el combate por el futuro, no hay tiempo que perder, ni obstáculos imposibles de vencer.