jueves, agosto 24, 2006

LA SOBERANÍA CUBANA ES ESENCIAL


El intelectual brasileño Frei Betto, uno de las figuras emblemáticas de la teología de la liberación, abogó por la defensa de la soberanía cubana, de un valor incalculable ‘’para quienes luchamos por el socialismo’’, afirmó.
El fraile dominico, quien mantiene con la Isla una larga y entrañable relación, repudió la actitud del gobierno de Estados Unidos y su irrespeto, desde hace más de 40 años, a ese principio esencial.
Como prueba, citó el bloqueo a la nación caribeña y la utilización de la base naval de Guantánamo, mantenida ilegalmente, como cárcel de supuestos terroristas, amén de las frecuentes violaciones del espacio aéreo.
Son muestras palpables -subrayó- de las agresiones de la Casa Blanca a la soberanía de la patria de Martí, lo cual contraviene los postulados de la ONU y todas las normas del derecho internacional.
Articulista de pluma incisiva, con un aval de estudios que abarca disciplinas como la Filosofía, la Teología y la Antropología, Betto suscribió el manifiesto difundido el 7 de agosto en La Habana bajo el título La soberanía de Cuba debe ser respetada.
El documento suma ya una vasta lista de adhesiones, 13 mil 650, que se incrementa a un ritmo sostenido, sin pausas.
Además de nueve Premios Nobel de Literatura, la Paz y otras esferas, engrosan la relación personalidades de las ciencias, la cultura, el activismo social y el deporte de unos 100 países.
Para Betto, la preservación de la soberanía de la isla es algo inestimable, esencial para todos los que luchan por un mundo en cual los bienes sean compartidos y todos tengan derecho a una vida digna.
Respecto al plan Bush, enfilado a una supuesta transición democrática en Cuba, sostuvo que la verdadera transición ocurrió en la Isla en 1959, cuando el país dejó de ser siervo sumiso del imperio para emerger como nación libre y soberana.
Pese a los innumerables intentos de Estados Unidos de violar la soberanía la isla y derrotar a la Revolución, desde 1961 -destacó- sólo ha conocido el fracaso y la resistencia inconmovible de un pueblo que tiene en Fidel Castro su máxima figura de referencia.
Tengo la certeza -aseveró- de que todos los planes son inútiles frente a ese pueblo dispuesto al combate hasta morir en defensa de su Revolución, y cuya unidad y serenidad se puso de manifiesto en estos días en que el Comandante cuida de su salud.