viernes, septiembre 22, 2006

EL QUE TIENE QUE VIVIR ES FIDEL



  • Motivado por las palabras de Hugo Chávez en la 61 Sesión de la ONU en relación con Fidel, en las que precisó que hay quienes festejaban la "muerte " de Fidel y que por si fuera poco hoy Fidel está de Verde Olivo, Fuerte, seguirá al frente de Cuba y del Movimiento de los No Alineados por tres años, traigo a colación este trabajo que Julio César Sánchez Guerra, su autor, entregó a la redacción del periódico Victoria y será publicado mañana sábado 26 de septiembre.
Unos días antes de morir mi madre, mientras enfrentaba una fatigosa enfermedad; en cama y casi apagada la voz, me preguntó con angustia e incertidumbre: ¿Cómo seguirá Fidel? La pregunta me estremeció, llenó de orgullo, y crecida fortaleza.

Ella, que se despedía de la vida a sus 86 años; frágil y nerviosa, lanzaba la tremenda vigilia de los últimos pensamientos olvidándose de su propia salud pensando en Fidel.

Hemos vivido atentos a la recuperación del Comandante porque es el padre de nuestros sueños realizados. Forjador de sueños- metas que levantan la felicidad, lucha y dignidad de millones de personas. Con emoción colectiva recibimos las imágenes de sus encuentros con Chávez; su serenidad, los profundos valores de su ética inclaudicable; el mensaje a sus compatriotas que nos desbordan el coraje y la alegría.
Nuestros enemigos no entienden esto porque se han creído sus propias mentiras.
Allá, en Miami, donde otros celebraron en los bares la muerte de Fidel; volverán a morderse la cola del odio, gritarán su frustración ante las cámaras de televisión, amenazarán con matar, y el domingo, irán a misa a que Dios redima sus pecados.

Me recuerdan la carta-protesta que María Cabrales, esposa del general Antonio Maceo, dirigió a Emilio Castelar, por la euforia que en las calles de Madrid, festejaba la muerte del Titán de Bronce. Fidel, físicamente morirá un día, pero el podrá decir como Don Quijote: “Mi descanso, el pelear.”

Seguirán vivas sus ideas y sueños; porque Fidel está en la Cuba erguida de siempre; en la América nueva que despierta; en el levantarse dignos todos los días; en escuelas y fábricas; en la capacidad de morir por la felicidad de los otros. En la niñita pinera que junto a su madre, salvaron los médicos en los días del Katrina. En un niño pakistaní que lleva el nombre Fidel en honor a aquellos que fueron desde Cuba a curarles el dolor y la esperanza. En la juventud comprometida con la batalla de estos tiempos; en millones de héroes anónimos que hacen parir del vientre de los pueblos un mundo mejor para todos; en tantas razones que no alcanzaría a enumerar.

En cambio Bush, quien se dio prisa por dar lima a sus dientes y decir que tomaría nota de los que obstruyeran la transición de su rancia democracia, debería tomar solo una nota: FIDEL ES INVENCIBLE.

Porque su vida quedó para siempre fundida a la victoria.

Haydee Santamaría, nos dejó el testimonio del instante más duro del 26 de julio de 1953 en el Hospital Civil Saturnino Lora, cuando ante la posibilidad de morir le escuchó decir a su hermano Abel, con rostro sereno y feliz:.. “! Y tú no te das cuenta que Fidel va a vivir, que Fidel sí no puede morir…!”

No pude decirle a mi madre que Fidel seguía bien, pero ella supo como Abel y millones de personas en el mundo que el que tiene que vivir es Fidel porque su vida es luz para repartir a los pueblos y a la epopeya de hacer una revolución.