domingo, octubre 08, 2006

Con Fidel y Raúl, el Congreso Pioneril

Un gran regalo para los bisoños fue la sesión de clausura del IV Congreso de la Organización de Pioneros José Martí al contar con la presencia viva de Fidel en cada corazón como lo demostraron con los atuendos verde olivo con el corazón rojinegro como símbolo y la la palabra vida del General de Ejército Raúl Castro Ruz, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, quien recibió hoy el sello que acredita su condición de delegado al IV Congreso Pioneril.
Al también Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros fue entregado el distintivo reservado al Comandante en Jefe Fidel Castro, Ese Pionero mayor, que ni un instante ha dejado de acompañar a los cerca de mil delegados e invitados al encuentro e inspira con sus enseñanzas y ejemplo a todos los niños cubanos.
En este cuerpo pequeñito hay un corazón muy grande, que le desea a Fidel una pronta recuperación, aseguró la guantanamera Karen Tejeda, en tanto Jorge Enrique Jerez, de Camagüey, puso en manos de Raúl un mensaje de amor que los niños como él, con necesidades educativas especiales, envían al líder de la Revolución cubana.
De manera especial, los participantes en el Congreso dedicaron esta segunda y última jornada de trabajo en el capitalino Palacio de las Convenciones, al Comandante Ernesto Guevara y un vibrante Pioneros por el Comunismo, seremos como el Che, rindió tributo al Guerrillero Heroico, a 39 años de su caída en Bolivia.
Emocionados, delegados e invitados escucharon el testimonio de un hermano mayor, Lázaro Izquierdo, especialista en Medicina General Integral y llegado desde Bolivia, donde cumple misión internacionalista precisamente en el poblado de La Higuera y otros escenarios de la epopeya del Che y sus compañeros de armas.
Allí estamos, para cumplir los sueños por los que luchó el Comandante Guevara y podemos asegurarles que en La Higuera, donde pretendieron entonces matarlo, vive hoy más que nunca, como vivirá por siempre entre nosotros y cuantos aspiran y trabajan por un mundo mejor y ese hombre nuevo que él simboliza, añadió.
Con profundas reflexiones sobre el primer deber primero de todo pionero, que es estudiar y aprender, y la formación de esa vocación mayor, la de ser revolucionario y servir a la Patria incondicionalmente, Elián González, delegado por Matanzas, insistió en la necesidad del estudio individual, más allá de la realización de las tareas que el maestro orienta cada día, y habló con orgullo de su profesor general integral, a quien ve como preceptor y amigo.
El pionero cardenense agradeció a la Revolución y especialmente al Comandante en Jefe Fidel Castro por los tantos beneficios de que hoy disfrutan los niños y adolescentes, tras la llegada a cada escuela cubana de computadoras y software, televisores y video caseteras, modernas enciclopedias y otros interesantes libros.
En el bullicio de amor y la multiplicación de humedecidos ojos, Raúl les explicó a los bisoños hermosos pasajes de la Guerra Revolucionaria y expresó con profunda emoción las palabras que escribió en su diario cuando pudo apreciar las llamas que se levantaban sobre el cuartel de La Plata y avizoraba que sobre cada cuartel se levantaría una escuela.
Mercedes López, integrante del Secretariado del Comité Central del Partido, tuvo a su cargo las palabras de clausura del congreso en las que ratificó el gran valor que la Revolución ha dado a través de su historia a la educación de las nuevas generaciones y en especial a los pioneros, en los más nobles principios del colectivismo, la solidaridad, la laboriosidad, las ansias de superación, y en general los más altos valores humanistas que los hará revolucionarios superiores como lo fue el Che, que constituye su paradigma junto a Fidel, Raúl y a dirección histórica de la Revolución.
Los instó a ser excelentes estudiantes, a aportar lo mejor de sí cada día para poder tributar todo lo que se hace por ellos como los cubanos más importantes. En rev0olucionarios como ustedes tiene la Revolución depositada sus más nobles esperanzas y la seguridad de su continuidad.