martes, diciembre 12, 2006

Gerardo Hernández sienta al imperio en el banquillo acusador

  • A propósito de la nueva jornada de solidaridad mundial con la causa de los cinco reproducimos algunos trabajos relacionados con su encomiable labor antiterrorista.
  • Por Ángel Rodríguez Álvarez
  • Servicio Especial de la AIN

  • ¡A LIBERARLOS YA!
  • Desde un día como hoy y hasta el 27 de diciembre de 2001, los cinco cubanos luchadores contra el terrorismo encarcelados en Estados Unidos ofrecieron sus alegatos ante el tribunal que los juzgaba en Miami, en un largo y amañado proceso por la supuesta autoría de más de dos docenas de delitos.
    El primero de los encausados en hablar fue Gerardo Hernández Nordelo, condenado con irracional desmesura a dos cadenas perpetuas más 15 años, sin pruebas y por imputaciones que no fueron jamás probadas durante los seis meses del politizado juicio.
    Con su brillante exposición Gerardo sentó en el banquillo de los acusados a sus inquisidores cuando denunció, una a una, de manera serena y argumentada, las incontables violaciones cometidas por las autoridades judiciales, lo que le permitió caracterizar el juicio como un "proceso eminentemente político".
    El cargo principal imputado, el de " conspiración para cometer asesinato ", relacionado con el derribo de dos avionetas que violaron el espacio aéreo cubano en 1996, resultó detalladamente deshecho.
    "Después de dos años de estrecha vigilancia -afirmó en su histórico alegato-, habiendo grabado la mayoría de nuestras conversaciones telefónicas y personales y confiscado una gran cantidad de materiales de aquella época, los fiscales no pudieron presentar en ese juicio ni una sola evidencia que muestre sin duda razonable que Gerardo Hernández conspiró para derribar esas avionetas o que facilitó en alguna medida su derribo."
    La condición de espías endilgada a Gerardo, Ramón Labañino, René González, Antonio Guerrero y Fernando González, con el marcado propósito de alentar el odio y los prejuicios de la comunidad de Miami contra los Cinco, fue igualmente ridiculizada por el acusado.
    Al respecto aclaró las características de la misión que tenía asignada, cuya única finalidad era la de alertar a las autoridades de la Isla sobre las actividades terroristas organizadas por la mafia contrarrevolucionaria cubanoamericana.
    " A la persona que más cerca estuvo de algo militar -refiriéndose a los Cinco - después de llevar seis años trabajando en un insignificante puesto, todo lo que se le pedía era que tratara de buscar una posición que le permitiera estar más cerca de las pistas para poder observar la cantidad de aviones.
    "Eso, añadió, no es espionaje. Las evidencias y los testimonios ofrecidos por personas altamente calificadas en la materia así lo demuestran."
    Con toda justicia este alegato, como el de sus cuatro restantes compatriotas, fue calificado por el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, como " piezas oratorias que sobrevivirán la prueba del tiempo. Millones y millones de personas las leerán con emoción y gratitud...y se hacen más admirables al recordar las terribles circunstancias en que fueron concebidas."
    Cabe destacar cómo, a pesar de las terribles experiencias vividas durante su cautiverio, Gerardo Hernández ofreció una demostración de su talento, profundas convicciones patrióticas y de optimismo, virtudes que el imperio no ha podido mellar.
    Vale citar en extenso, como retrato del Héroe, el párrafo final de sus pronunciamientos aquel 12 de diciembre.
    "Su señoría, la Fiscalía considera, y así lo ha pedido, que debo pasar el resto de mi vida en una cárcel. Confío en que si no es en este, en algún otro nivel del sistema, la razón y la justicia prevalecerán por encima de los prejuicios políticos y los deseos de venganza y se comprenderá que no hemos hecho ningún daño a este país, que merezca semejante condena. Pero si así fuera, me permitiría repetir las palabras de uno de los más grandes patriotas de esta nación, Nathan Hale, cuando dijo: "Solo lamento no tener más que una vida para entregar a mi patria."