lunes, marzo 30, 2009

VER PARA CREER


  • El sistema cubano de Salud nació desde la guerrilla y se generalizó a todos los rincones de la geografía cubana para de forma gratuita, por voluntad expresa del Estado, asegurar a cada cubano, la atención primaria y secundaria de Salud, pero en los Estados Unidos no sucede así. Solo le referimos una experiencia de un padre cubano que sufre por su hijo residente allí.
Por mucho que yo le cuente, nunca me va a creer, pero hay sucesos que marcan a las personas y por mucho tiempo no reaccionan ante ciertas circunstancias que golpean la vida.

En Cuba conocemos estas anécdotas por los cuentos que hacen los médicos y colaboradores internacionalistas cuando regresan de sus misiones, o las personas que tienen familiares residiendo en los Estados unidos principalmente, pero los que ya peinamos canas y los que no lo hacen todavía, crecieron en Cuba con una realidad diferente. Me refiero a los servicios de Salud.

Tengo un amigo que sufre sobremanera porque un hijo que fue con su mamá a residir a los Estados Unidos, padece e cáncer de piel y el Estado le ha autorizado un seguro médico atendiendo a la gravedad de la enfermedad, porque hace tiempo no trabaja por los mismos achaques que continuamente y de forma progresiva lo abruman.

Pero el susodicho seguro no cubre todo lo que su enfermedad demanda y ya fue rechazado en una consulta de cirugía porque el seguro no cubría el nivel ni el rango del especialista que debía atenderlo… Entonces, que futuro le depara a este joven de apenas 32 años, para poder enfrentar esta tragedia que solo comienza, porque en lo adelante todo será mucho más difícil.

Esa es la fórmula del dinero y la pobre voluntad del Estado para asegurar la atención de salud a los hijos de la nación y a los que ha aceptado como parte de la familia al recibirlos como emigrados. Cabe subrayar que todo lo apuntado sucede donde existe la economía que algunos llegan a valorar como "la más saludable" y fuerte del planeta, y en el país al que no pocos virtualmente identifican con un pedazo del Paraíso anclado en la Tierra.

Uno de los principales programas desarrollados por el Estado Cubano, desde que aún no se había constituido y se luchaba todavía en la Sierra Maestra, fue el de la Salud. En las tierras liberadas los médicos que atendían a la guerrilla, ya servían también a los pobladores de esas zonas.

Al triunfo de la Revolución en 1959, los servicios de Salud se extendieron por todo el país y llegaron hasta los más lejanos rincones de la geografía cubana. Entre los primeros planes que tuvieron prioridad fue el de la formación de médicos porque la mayoría de los que existían salieron huyendo de Cuba buscando la “tierra prometida”.

Una amplia red de hospitales, centros de atención primaria, policlínicas, salas de hemodiálisis, servicios de rehabilitación y fisioterapia, consultorios del médico de familia, Servicios de Urgencia Médica en policlínicas y hospitales adornan a campos y ciudades y suman miles los servicios que se prestan en todas las provincias de país.

Es la voluntad del Estado la que cuenta. Un país como Cuba, bloqueado, agredido, con serios problemas económicos en un mundo en que se disputan entre unos pocos las ganancias del trabajo de muchos, hace hasta lo imposible por asegurar, aún en situaciones muy difíciles como las afrontadas en la etapa más cruda del período especial, porque cada cubano tenga la atención médica que necesita en el lugar y momento apropiados.

Lo anterior corrobora serios criterios elevados por periodistas y especialistas en la materia al evaluar la situación de los servicios de salud en los Estados unidos, no constituyen un derecho ciudadano, sino un privilegio para los que lo puedan pagar y a la vez hace referencia. Ubica a la asistencia sanitaria como la más cara e ineficiente entre los países desarrollados y el único que no tiene cobertura médica para todos los ciudadanos.

Por eso mis amigos, les repito que lo que se necesita es VER PARA CREER, si no me cree converse con algún familiar o amigo que resida en ese país y verá que no les miento.

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