viernes, noviembre 18, 2011

Los informes del OIEA sobre Irán


Por Sasan Fayazmanesh
CounterPunch
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

En una entrevista con Spiegel Online del 19 de abril de 2011, preguntaron al doctor Mohamed El-Baradei, ex director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) si había sido engañado por EE.UU. y sus aliados cuando estaba investigando sus afirmaciones sobre el programa nuclear de Irán.

Respondió: “los estadounidenses y los europeos retuvieron importantes documentos e información. No estaban interesados en un compromiso con el gobierno en Teherán, sino en un cambio de régimen, por cualquier medio”.


En su período en el OIEA, El-Baradei se vio ante un dilema. Como egipcio políticamente astuto, conocía perfectamente la naturaleza de la política estadounidense-israelí de contención dual de Iraq e Irán. También era consciente de que su propio organismo se había utilizado como instrumento para impulsar esa política.

Por cierto, cuando en 2008 El-Baradei aseguró a Irán que el OIEA protegería sus legítimos secretos militares si Irán suministraba información sobre algunos “supuestos estudios”, este autor escribió una carta abierta para recordarle que el OIEA había sido utilizado por espías estadounidenses e israelíes para contener a Iraq. En particular, le recordé el comentario de David Kay sobre “el trato faustiano”. Kay, que había servido como Inspector Jefe de Armas Nucleares en Iraq del OIEA/UNSCOM (Comisión Especial de las Naciones Unidas), había sido acusado por los funcionarios iraquíes de espía y fue esencial en la preparación de la justificación para la invasión de Iraq en 2003. En 1999 admitió que algunas inspecciones en Iraq fueron a la par con el espionaje y calificó el uso de organizaciones internacionales para el espionaje de trato faustiano: “un trato con el Diablo, espías, espiando”.

También recordé a El-Baradei que bajo su propia dirección el OIEA todavía era utilizado por EE.UU. y sus aliados para hacer a Irán lo que le habían hecho a Iraq. Por ejemplo, algunos informes del OIEA sobre Irán marcados con “Distribución Restringida” aparecieron regularmente -y siguen apareciendo- en la Web del Instituto por la Ciencia y la Seguridad Internacional (ISIS, por sus siglas en inglés), una organización cuya agenda de contener a Irán por cuenta de EE.UU. e Israel es evidente para todo el que rastree sus actividades, afirmaciones y predicciones sobre cuánto tardará Irán en desarrollar armas nucleares.

El doctor El-Baradei, por supuesto, sabía todo esto y, no obstante, no había casi nada que pudiera hacer al respecto, excepto el intento de moderar los informes del OIEA que tenían el propósito de producir un cambio de régimen en Irán después de Iraq. Sabía perfectamente que EE.UU. e Israel habían estado tratando desesperadamente de sacarlo de su puesto de jefe del OIEA. Como escribí en 2008, las primeras líneas del informe de AP del 9 de septiembre de 2009, decían: “El inspector nuclear jefe Mohamed El-Baradei está cometido a una intensa presión por su manejo del expediente Irán. EE.UU. y sus principales aliados lo acusan de ir más allá de su autoridad. Los diplomáticos sugirieron que la desilusión de EE.UU. con el jefe del OIEA estaba en su punto máximo desde principios de 2005″.

La presión sobre El-Baradei para que produjera informes duros sobre Irán o abandonase su puesto continuó después de mi carta abierta. Por ejemplo, Haaretz informó el 19 de agosto de 2009 que, según “altos diplomáticos occidentales y funcionarios israelíes”, el OIEA “está ocultando datos del esfuerzo de Irán para obtener armas nucleares”. De un modo más específico, según algunos “funcionarios”, sigue diciendo el informe, el OIEA bajo El-Baradei “se está absteniendo de publicar la evidencia obtenida por sus inspectores durante los últimos meses que indican que Irán busca información sobre esfuerzos armamentístas y un programa nuclear militar”. Según el informe, esos funcionarios afirmaron que los inspectores del OIEA habían elaborado un “anexo confidencial”, pero que no se incorporó a los informes publicados por el organismo. Haaretz también señaló que “altos funcionarios estadounidenses, franceses, británicos y alemanes han presionado recientemente a El-Baradei para que publique el próximo mes los datos en un informe que se publicará en la conferencia general de la Organización”. Los esfuerzos de Israel para publicar el informe supuestamente censurado”, sigue diciendo Haaretz, “están en manos del doctor Shaul Horev, director general de la Comisión de Energía Atómica de Israel, y el Ministerio de Exteriores”. Haaretz señaló a continuación que el punto principal del tema es:

Israel se ha estado esforzando por presionar al OIEA a través de naciones amigas y hacer que publique el anexo censurado. Espera probar que el esfuerzo iraní de desarrollar armas nucleares continúa, contrariamente a las afirmaciones de que Teherán detuvo su programa nuclear en 2004. Una confirmación de esta sospecha (sic) obligaría a la comunidad internacional a imponer “sanciones paralizantes” a Irán.
Durante todo su período, Israel ha acusado a El-Baradei de no encarar el tema nuclear iraní con suficiente determinación. Mientras se acerca el fin de su mandato en diciembre, los diplomáticos israelíes están preocupados de que podría mostrarse menos receptivo y seguir ocultando el informe confidencial.

Finalmente, Haaretz señala: “Jerusalén espera, sin embargo, que su sucesor, el diplomático japonés Yukiya Amano, adopte una línea más dura respecto al programa nuclear iraní”. Israel y EE.UU. no podrían haber aspirado a encontrar a un sujeto con una línea más dura respecto a Irán que Amano.

En una elección muy disputada, y después de numerosas vueltas de balotaje, el consejo del OIEA de 35 miembros eligió al candidato japonés Yukiya Amano en lugar del sudafricano Abdul Samad Minty. Amano era, como señalaron fuentes noticiosas, el “candidato preferido de Occidente” (AFP, 2 de julio de 2009 y Bloomberg 4 de julio de 2009). Mucho después, para ser exactos el 2 de diciembre de 2010, el Guardian publicó un cable confidencial, revelado por WikiLeaks y clasificado por el embajador Glyn Davies de EE.UU. el 16 de octubre de 2009, que dice:

Amano recordó al embajador en varias ocasiones que tendría que hacer concesiones al G-77, que correctamente le exigían que fuera justo e independiente, pero que estaba sólidamente de parte de EE.UU. en toda decisión estratégica clave, desde nombramientos de personal a alto nivel al manejo del supuesto programa de armas nucleares de Irán.

El 18 de febrero de 2010, Amano emitió su primer informe sobre Irán. Como era de esperar, el informe fue uno de los más largos y más duros sobre Irán que el OIEA haya emitido. Repite todas las antiguas afirmaciones mencionadas en anteriores informes del OIEA y las presentó como si fueran nuevas. Sin embargo, a diferencia de los informes anteriores, no hubo mención alguna del hecho de que el OIEA no poseía, y no podría mostrar a Irán, documentos originales que afirmaran que Irán había iniciado actividades ilícitas. La última sección del informe, titulada “Posibles dimensiones militares”, fue la más dura y más nefasta. Dice:

La información que tiene a su disposición el Organismo en conexión con estos temas pendientes [supuestas actividades] es amplia y se ha reunido a lo largo del tiempo de una variedad de fuentes. También es ampliamente consistente y verosímil en términos del detalle técnico, el marco del tiempo en el que se realizaron las actividades y las personas y organizaciones involucradas. En general, esto causa preocupaciones respecto a la posible existencia en Irán de actividades pasadas o actuales no reveladas en relación con el desarrollo de una carga nuclear para un misil. Esas supuestas actividades consisten de una serie de proyectos y subproyectos, que cubren aspectos relaciones con temas nucleares y de misiles, dirigidos por organizaciones relacionadas con los militares.

Sobra decir que EE.UU., Israel y sus think-tanks de “expertos”, como el ISIS, así como periodistas que han estado tratando de hacer a Irán lo que Judith Miller hizo a Iraq, como ser David Sanger de The New York Times, gozaron a destajo con el informe.

El informe de Amano abría el camino a la imposición de más sanciones unilaterales de EE.UU. contra Irán, así como a la presión por la aprobación de la cuarta resolución de sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Reuters informó el 2 de febrero de 2010 de que “diplomáticos occidentales dijeron a Reuters que los funcionarios en el Departamento de Estado de EE.UU. han enviado a altos funcionarios de los ministerios de exteriores de Londres, París, y Berlín un documento describiendo posibles nuevas sanciones”. El informe agregó que “las potencias occidentales querrían concentrarse en el Banco Central de Irán”.

El 6 de septiembre de 2010, Amano distribuyó una versión confidencial del informe del OIEA sobre Irán que, como de costumbre, apareció de inmediato en el sitio Web del ISIS. El informe de Amano fue, una vez más, duro y antagónico. Contenía algo muy poco usual: pasajes de las Resoluciones del Consejo de Seguridad sancionando a Irán. Asimismo, el informe cuestionó por primera vez el derecho de Irán de objetar a la designación de los inspectores que considerase objetables, sea por filtrar información confidencial o por informaciones falsas o engañosas.

Sobre “Posibles dimensiones militares” el informe declaró que el “paso del tiempo y el posible deterioro en la disponibilidad de alguna información relevante aumentan la urgencia de este asunto”. Los dos siguientes informes del OIEA, del 23 de noviembre de 2010 y del 25 de febrero de 2011, no fueron tan antagónicos como los informes anteriores. Pero después del último informe, AP informó el 7 de marzo de 2011, de que Amano no pudo “garantizar que Irán no esté tratando de desarrollar bombas atómicas”. Se citó como sigue:
Irán no suministra la cooperación necesaria con el Organismo para garantizar de forma verosímil la ausencia de material y actividades nucleares no declaradas en Irán… [el OIEA no puede] concluir que todo el material nuclear en Irán se utilice para actividades pacíficas… Por desgracia, desde que asumí el cargo, Irán no ha interactuado con nosotros… No ha habido ningún progreso.

Posteriormente, Amano dijo a los periodistas: “No estamos diciendo que Irán tenga un programa de armas nucleares… Tenemos preocupaciones y queremos aclarar el asunto.”

El siguiente informe del OIEA, del 24 de mayo de 2011, agregó algo bastante amenazador. Al final, el informe señaló:

Desde el último informe del Director General del 25 de febrero de 2011, el Organismo ha recibido más información relacionada con posibles actividades no reveladas en el campo nuclear, que está siendo actualmente analizada por el Organismo. Como informó anteriormente el Director General, existen indicios de que ciertas actividades de ese tipo pueden haber continuado después de 2004. Los siguientes puntos se refieren a ejemplos de actividades para los cuales se siguen requiriendo aclaraciones en siete áreas particulares de preocupación.

Esto fue seguido por siete aseveraciones contra Irán, como estudios sobre el proyecto sal verde, pruebas de altos explosivos y el vehículo de reingreso de misiles. Esas afirmaciones no eran nuevas y se basaban sobre todo en la afirmación de los funcionarios de la inteligencia estadounidense de que habían descubierto en 2004 un laptop robado que mostraba el intento de Irán de diseñar una ojiva nuclear. Por cierto, el informe del OIEA del 15 de septiembre de 2008, escrito en la época de El-Baradei, señaló lo siguiente sobre esas afirmaciones y la respuesta de Irán:

Irán suministró respuestas escritas el 14 y el 23 de mayo de 2008, la primera de las cuales incluía una presentación de 117 páginas respondiendo a las afirmaciones respecto al proyecto sal verde, a las pruebas de altos explosivos y al proyecto de reingreso de misiles. Aunque Irán confirmó la veracidad de parte de la información a la que se refiere en el Anexo a GOV/2008/15, Irán reiteró su afirmación de que las aseveraciones se basaban en documentos “falsificados” y datos “amañados”, concentrándose en deficiencias en la forma y reiteró que, aunque se le habían mostrado versiones electrónicas de la documentación, Irán no había recibido copias de la documentación que habrían facilitado la prueba de que estaban falsificadas y amañadas. Irán también expresó su preocupación de que la resolución de algunos de estos temas requeriría el acceso del Organismo a la información confidencial relacionada con sus actividades militares y de misiles convencionales.

A pesar de que las afirmaciones mencionadas contra Irán eran muy antiguas, ahora reaparecieron en los informes del OIEA de Amano.

El 2 de septiembre de 2011, Amano emitió otro informe confidencial que apareció de inmediato en la Web del ISIS. Aunque el contenido del informe indicaba que Irán había hecho una concesión y había cooperado con el OIEA en una serie de temas contenciosos, el tono del informe fue bastante duro. Bajo “Posibles dimensiones militares”, el informe señaló ominosamente: “El Organismo está cada vez más preocupado por la posible existencia en Irán de actividades no reveladas, relacionadas con el tema nuclear, pasadas o actuales que involucren a organizaciones relacionadas con los militares”. En vista de la fraseología, se podía esperar que en el informe siguiente apareciera algo más drástico; y por cierto así fue.

El 8 de noviembre de 2011, Amano publicó la copia confidencial del informe esperado por Israel y EE.UU. La publicación vino directamente después de mucha publicidad relacionada con el supuesto complot para asesinar al embajador saudí en Washington y los planes de Israel y el Reino Unido de atacar Irán. Antes de la publicación del informe, aparecieron numerosos artículos en los medios sobre lo que contendría, a pesar de que se suponía que el informe sería confidencial hasta el final oficial de la restricción. El 5 de noviembre de 2011, Joby Warrick de The Washington Post incluso escribió sobre el “anexo de 12 páginas del informe”. Dos días después escribió sobre los detalles del informe y se refirió sobre todo al jefe del ISIS, “David Albright, ex inspector de armas de la ONU quien ha estudiado los archivos de inteligencia”.

Los medios también señalaban que algunos funcionarios del gobierno de EE.UU. conocían el contenido del informe y fueron consultados respecto al mismo por el propio Amano. El 3 de noviembre de 2011, Reuters citó al presidente Obama que dijo en la cumbre del G20: “El OIEA va a publicar la próxima semana un informe sobre el programa nuclear de Irán y el presidente [francés] (Nicolas) Sarkozy y yo estamos de acuerdo en la necesidad de mantener la presión sin precedentes sobre Irán para que cumpla sus obligaciones”. El comentario del presidente tuvo lugar después de una visita secreta de Amano a la Casa Blanca. El 7 de noviembre de 2011, David Sanger escribió en The New York Times que cuando “Yukia Amano fue a la Casa Blanca hace 11 días para reunirse con altos funcionarios del Consejo Nacional de Seguridad sobre el informe esperado, el gobierno incluso se negó a confirmar que había entrado en el edificio”.

El tan anunciado informe, aunque era “solo para uso oficial” y “Distribución Restringida” volvió a aparecer en la Web del ISIS el 8 de noviembre de 2011, seguido de un “análisis” pocas horas después. El informe tenía el “Anexo” de 12 páginas del que ya habían hablado los medios. Los medios, sin embargo, no habían mencionado, ni siquiera informaron después de la publicación del informe, de que se trataba esencialmente del mismo anexo que había publicado el OIEA por presión de Israel, esperando que “obligaría a la comunidad internacional a imponer ’sanciones paralizantes’ a Irán”.
El anexo fue detallado, pero ya que era básicamente el mismo documento que El-Baradei se había negado a publicar, no se puede decir que contuviera algo nuevo. Una gran parte no eran más que “afirmaciones” de un “Estado Miembro” no identificado o “dos Estados Miembros”. Por cierto, las palabras “supuestas” y “afirmaciones” aparecen 28 veces en el anexo. La mayor parte de las afirmaciones eran las mismas que se habían encontrado en el misterioso laptop que de alguna manera aterrizó en el regazo del gobierno de EE.UU. en 2004. Algunas, sin embargo, parecían nuevas. Por ejemplo, el informe señaló que:

El Organismo tiene sólidos indicios de que el desarrollo del sistema de iniciación de altos explosivos por parte de Irán, y su desarrollo de la configuración del diagnóstico de alta velocidad utilizado para monitorear experimentos relacionados, contaron con la ayuda de un experto extranjero que no solo estaba al tanto de esas tecnologías, sino que, ha informado un Estado Miembro al Organismo, trabajó durante gran parte de su carrera con esta tecnología en el programa de armas nucleares de su país de origen.

Previamente, en su artículo del Washington Post del 7 de noviembre de 2011, Joby Warrick había identificado al “experto extranjero como “Vyacheslav Danilenko, un ex científico nuclear soviético”. El 10 de noviembre de 2011, Reuters informó de que Danilenko “ha desmentido que sea el cerebro del programa nuclear de Irán”. Según sus palabras: “No soy un físico nuclear y no soy el fundador del programa nuclear iraní”. El informe agregó que la experticia de Danilenko era en la detonación de nanodiamantes: “la creación de minúsculos diamantes de explosiones convencionales para una variedad de usos que van desde los lubricantes a la medicina”.

Algunas otras afirmaciones eran también tan débiles como en el caso de Danilenko. Por ejemplo, el informe mencionó que la información “suministrada por Estados Miembros indica que Irán construyó un gran contenedor de retención de explosivos para realizar experimentos hidrodinámicos. Se afirma que el contenedor de explosivos, o cámara, fue instalado en Parchin en el año 2000″. Parchin es, desde luego, el mismo complejo militar en el cual el ISIS afirmó en 2004 que era una posible “instalación para la investigación, ensayo y producción de armas nucleares”. Se inspeccionó dos veces en 2005 y no se encontraron actividades nucleares. El propio informe de Amano admitió que “las visitas del Organismo no descubrieron nada de relevancia”. Pero ahora, ¡el informe parecía implicar que los inspectores habían buscado en los sitios equivocados!

Otras afirmaciones nuevas alcanzaban el límite de lo absurdo. Por ejemplo el informe dice: “La investigación por parte del Organismo de la literatura científica publicada durante la última década ha revelado que trabajadores iraníes, en particular grupos de investigadores en la Universidad Shahid Behesti y en la Universidad Amir Kabir, han publicado trabajos relacionados con la generación, medición y modelación de transporte de neutrones”. El informe agrega luego que semejantes “estudios se utilizan comúnmente en la física de reactores o en la investigación de artillería convencional, pero también tienen aplicaciones en el desarrollo de explosivos nucleares”. Esta afirmación es extraña. ¿Desde cuándo es ilegal que algunos académicos publiquen trabajos en las más prestigiosas universidades de Irán -a los cuales el informe se refiere como “trabajadores”? ¿Qué deberían hacer esos “trabajadores”, someter primero sus trabajos al señor Amano, o a los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes para su análisis?

Al fin y al cabo, resultó que el sensacional informe del OIEA del 8 de noviembre de 2011 contenía algunas viejas afirmaciones que no se han verificado y algunas nuevas que parecen débiles o extrañas. ¿Por qué entonces publica esas afirmaciones con tanta fanfarria? La pregunta se puede responder parafraseando las dos declaraciones mencionadas del ex director general del OIEA y del embajador estadounidense Glyn Davis: Los estadounidenses y sus aliados, en particular los israelíes, solo están interesados en una cosa y solo en ella: el cambio de régimen en Irán por cualquier medio. En este esfuerzo, el señor Amano se coloca firmemente del lado de EE.UU. e Israel.

Sasan Fayazmanesh es profesor emérito de Economía, en la Universidad Estatal de California, Fresno. Es colaborador de Hopeless: Barack Obama and the Politics of Illusion, que será publicado por AK Press. Para contactos: sasan.fayazmanesh@gmail.com.

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