sábado, febrero 16, 2013

Aspiraciones frustradas

cuba-eua 

Por Lillian Lechuga
Tomade de La pupila insomne
 
No cabe la menor duda de que la Revolución colocó a la Isla en una posición de inapelable independencia, pese a todas las acciones que haya tomado o pueda tomar el gobierno de Washington por doblegarnos a sus estrechos intereses. Cuba ha sobrevivido a todas las agresiones, los actos terroristas, el bloqueo, las más falaces acusaciones en cuanto a derechos humanos y a cualquier otro intento que les facilite el camino hacia la tan ansiada aspiración yanqui de volver el tiempo más de medio siglo atrás. Pero el pueblo cubano tiene la firme vocación de ser libre e independiente.


En sentido general la política estadounidense está siguiendo las mismas pautas que siguió cuando estaba en todo su vigor la Guerra Fría , como si el mundo no hubiera cambiado radicalmente. No tiene originalidad y es anacrónica en todo sentido. Hoy, como sabe cualquiera menos algunos personajes en Washington y Miami, el paisaje político en todos los continentes no se parece en nada al que existía cuando triunfó la Revolución en Cuba. Aún cuando la Unión Soviética desapareció, esta isla caribeña ha demostrado con creces que se sostiene y avanza no obstante todos los obstáculos que se ponen en su camino, con soluciones propias, siguiendo su ruta independiente y con su prestigio intacto.

Parece increíble que grupos minoritarios puedan lograr sus estrechos propósitos contra los intereses de las mayorías norteamericanas a las que se les oculta el origen de sus sucias maniobras. Todavía en el Congreso hay quienes tienen la influencia suficiente para lograr esos fines. Por supuesto son los elementos más reaccionarios, los que se agrupan o simpatizan con el Tea Party y aquellos cubano americanos que se benefician política y económicamente mientras logren mantener el statu quo.

Sin embargo, la opinión pública de Estados Unidos está cambiando a favor de normalizar relaciones y el lobby norteamericano de negocios quiere particularmente aprovecharse de un posible mercado, que, opinan, podría aportarles un millón de millones al año, afirma Alexa Van Sickle en su artículo titulado “¿Is Cuba the next emerging market?”, publicado por la revista Forbes, especializada en asuntos de interés para los grandes magnates y las transnacionales yanquis.

Y se pregunta cuán posible sería que el embargo (la propaganda oficial de Washington califica esa política con ese nombre pues bloqueo significa un acto de guerra) se levantara dentro de poco tiempo. Del lado de Estados Unidos, el embargo no sería eliminado sin la aprobación del Congreso –apunta– y existe una oposición significativa a tener relaciones con la Isla. Y esto requeriría un cambio más profundo por la parte cubana –dice la autora–. Tal vez no se logre tan rápidamente como muchos congresistas exigen. Pero Cuba –dice– aumenta el énfasis en sus inversiones foráneas y esta sería una oportunidad para un crecimiento y un cambio sostenible, opina Van Sickle.

Ese “cambio profundo” al que se refiere la periodista de Forbes, tendría que originarse en Washington.

“Cuba –reconoce– se está convirtiendo cada vez más en un mercado importante para las compañías norteamericanas […].Todos quieren tener algún tipo de presencia”, aseguró Héctor Rainey, director ejecutivo de  Intervision Foods de Atlanta en entrevista con Orsi, reportero de la AP durante la Feria de Agricultura en La Habana. “Si de pronto cambiara algo, dijo, aquí habría una ventaja”.

¿Qué sería para Rainey ese “algo” que tendría que cambiar?

En Cuba hay potencialmente posibilidades en diferentes sectores, incluyendo el turismo, la agricultura de alta calidad, y aun de recursos naturales pero hacer negocios continúa siendo un desafío, subrayó Richard E. Feinberg en un informe de la institución Brookings titulado “The New Cuban Economy: What Role Foreign Investment”.

En principio –opina– las leyes para las inversiones foráneas ofrecen condiciones favorables… algunas Joint Ventures navegan exitosamente en el sistema económico cubano.

Ese “algo que tendría que cambiar”, según algunos empresarios que quieren tener el camino abierto para comerciar con Cuba, depende de Estados Unidos que tendría que levantar el bloqueo y retirar las condiciones que le imponen a La Habana para adquirir productos del imperio. Estados Unidos le dio otro golpe al reducido comercio con la Isla con la injusta medida de que La Habana tiene que pagar las compras en efectivo y por adelantado  a empresas norteamericanas  lo que, además de ser injusto y discriminatorio, entorpece  el intercambio.

Cuba cambiará lo que estime conveniente para preservar su independencia en medio de los obstáculos que se le ponen. El cambio tendría que originarse en Washington cuando le den a la Isla el tratamiento justo como país respetable que ha sabido defender sus numerosos logros sin hacer concesiones.

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