viernes, marzo 29, 2013

Pineros contra el cáncer



Por Sergio Rivero Carrasco
Fotos: Internet 

Los pineros se manifestarán una vez contra el cáncer cuando el sábado 30 se rompa la cinta para el inicio del Maratón de la Esperanza en honor a Terry Fox, un joven canadiense que, a causa del cáncer, a los 18 años hubo que amputarle su pierna derecha, seis pulgadas por sobre su rodilla. De forma valiente decidió realizar una carrera a través de toda Canadá para recolectar fondos que ayudarían a financiar las investigaciones sobre esa aterradora patología.


 En esta ocasión la carera tiene la particularidad de engranarse con la que desarrolla la juventud en ocasión de conmemorarse el aniversario 52 de la organización de Pioneros josé martí y el 51 de la unión de Jóvenes Comunistas. 


En este país de oportunidades para todos, en el que el deporte y la sana recreación ocupan un sitio de relevancia en el quehacer cotidiano en los esfuerzos por lograr un pueblo saludable, nos lleva a la reflexión los males que ocasiona a los seres humanos esta incurable enfermedad, contra la que han luchado generaciones de científicos en todo el orbe.

Pero... ¿Quién fue en realidad Terry Fox, cómo se inició este homenaje al esfuerzo y la
fortaleza de ese joven para vindicar a los enfermos que desafiaban la enfermedad? 

 Ese joven canadiense al que se le amputó el pie derecho a los 18 años, inició el 12 de abril de 1980 su Maratón de la Esperanza en St. John’s, Newfoundland, situado en el extremo este de Canadá.  Recorrió un promedio de 42 kilómetros diarios, pero lamentablemente el primero de septiembre, a la altura de Thunder Bay, Notario, a la mitad de su recorrido programado, y luego de haber vencido 5 373 kilómetros tuvo que ser hospitalizado, pues el cáncer había alcanzado sus pulmones.


Terry Fox murió diez meses después, a los 22 años, pero el ejemplo que inició ha perdurado. Desde 1981 cientos de carreras se organizan cada año en Canadá y en más de 50 países.  

Cuba se incorpora a la realización de este Maratón de la Esperanza en 1998 con carácter no competitivo, sino como una acción  de deporte social en beneficio de la salud y son convocadas todas las personas sin exclusión de edad, raza o sexo.


La primera carrera se organizó con la partida frente al hospital Oncológico, precisamente la Institución que tiene la especialización en el tratamiento de esa dañina enfermedad que es el cáncer, pero al año siguiente se trasladó para la calle Prado de la capital cubana frente al Capitolio Nacional con recorrido por el malecón y otras avenidas de importancia citadina.


Ya en el año 2003 esta convocatoria contra el cáncer y por la voluntad y la salud del pueblo se extendió a todos los rincones del país abarcando a los 169 municipios en aquel momento, 168 hoy, pero no podemos excluir de ellos a las iniciativas que en batelles campesinos, zonas rurales, donde quiera que radique un activista de salud o de deportes, convoque a la comunidad para una carrera con el mismo fin.


En realidad, cada año el joven Terry Fox se multiplica en los miles de cubanos y seres de todo el planeta que en su memoria entregan un poco de su voluntad y esfuerzo por la salud.


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