Por Sergio Rivero Carrasco
Después de haber sido mi alumno en el preuniversitario, Romnier Rodríguez comenzó su vida laboral y por un tiempo se me desapareció del escenario habitual de la ciudad, allá por los años 82 al 84 del pasado siglo, pero no podía imaginar que aquel muchacho buenazo, de pocas palabras y mirada algo perdida, pudiera esconder tanto coraje... Por fortuna, asistí a la terminal marítima a recibir a un grupo de combatientes internacionalistas que regresaba al terruño y cuál no sería mi sorpresa cuando lo vi llegar, todavía casi niño, ahora crecido y empinado como las palmas con ese pecho colmado de medallas.
Hoy Romnier Rodríguez tiene 48 años y al calor de esta conmemoración, echa a volar los recuerdos que lo llevan 30 años atrás cuando un día como hoy se disputaba en una guerra contra la muerte en la Batalla de Cangamba, en la República Popular de Angola. Una de las páginas más heroicas escrita por la juventud cubana y angolana por la liberación de ese país africano.
Mucho heroísmo, valor y sangre se juntaron en los jóvenes de estirpe mambisa y cubana, quienes junto a los bisoños angolanos también dieron una lección inédita en la historia de la beligerancia de esta era. Cangamba significó una gran respuesta a la carta enviada por Fidel en la que los conminaba a defender hasta el último reducto y el compromiso de rescatar a los combatientes. Sobre ella Fidel apuntó que "esa compleja operación militar no tuvo en ningún momento el propósito de conservar el control sobre un remoto poblado, carente de valor estratégico (...) simplemente fuimos consecuentes con un principio: la Revolución no abandona a uno solo de sus hijos", y Fidel les ratificaba en ese duro momento: "Confío en el valor insuperable de ustedes y les prometo que los rescataremos cueste lo que cueste".
La historia es testigo de esos heroicos hechos que se extendieron entre el 2 y el 10 de agosto de 1983 cuando fueron atacadas y defendidas por los combatientes internacionalistas cubanos y de las Fuerzas Armadas para la Liberación de Angola (FAPLA) en al poblado de Cangamba, por fuerzas de la Unión para la Independencia Total de Angola (UNITA).
Las muertes convertidas en paradigmas para las nuevas generaciones y el heroísmo sin igual, hicieron posible que esos días de heroica resistencia de los combatientes angolanos y cubanos que el enemigo no lograra sus objetivos.
Son muchos los recuerdos y nombres que afloran en la conversación con la modestia y sencillez que solo tienen los grandes; quien lo conoce pocas veces ha tenido su referencia de cómo brilla oculto ese pecho cuando se encarga de transportar a sus compañeros del Semanario 26 de Las Tunas para las coberturas, que bien hubiera podido ser dedicada a él.
Con la mirada fija, como perdida en el tiempo, Romnier observa satisfecho a sus hijos que alcanzan la edad con la que él se convirtió en héroe cubano con solo 18 años, cuando recibió en campaña, la Medalla Antonio Maceo del Valor, otorgada por el Consejo de Estado y el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias como reconocimiento a su excelente hoja de servicios en favor de la defensa de ese hermano país africano.
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