Militares por médicos anuncia EUA para combatir el Ébola

Por Sergio Rivero Carrasco
Foto: Tomada de Internet

Por mucho que me abstraigo, no puedo acabar de entender la lógica de la respuesta dada por estados unidos ante el llamado realizado por Cuba y la Organización Mundial de la Salud, para combatir el Ébola en África, enfermedad letal fuera de control que ha costado la vida a miles de personas. El llamado fue para médicos y personal paramédico y el bbierno norteamericano propone enviar nada menos que 3 000 SOLDADOS.

Aunque después en la información publicada por el portal Cubadebate también apunta que
"la respuesta estadounidense a la crisis, que será revelada más tarde por el presidente Barack Obama, incluye planes para construir 17 centros de tratamiento, entrenar a miles de trabajadores de la salud y establecer un centro de control militar para coordinar los esfuerzos, dijeron funcionarios".

Este tipo de respuesta ya nos tiene acostumbrados, como sucedió en Haití en el 2010 con el terremoto, que al final lo que perseguíian era el control militar del territorio y hacer y deshacer a su antojo y decidir lo que se puede o no hacer allí, si también consideramos que tendremos fuerzas médicas de Cuba y China que ya han dado su aprobación con 169 y 59 personas respectivamente para ubicarse en Sierra Leona.

Según se informa la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que necesita equipos médicos extranjeros con 500-600 expertos, así como al menos 10.000 trabajadores sanitarios locales, cifras que podrían aumentar si se incrementan los casos, como se espera que suceda y ya no hay ni una sola cama disponible para los infectados por el Ébola.

La vida es más rica que cualquier conjetura apresurada, pero es que ya estamos tan mordidos por la fiera, que la prevención será la madre de la victoria. No sé cuál será la opinión de la Organización Mundial de la Salud, pero me parece que no son precisamente los militares los que pueden dar la respuesta para un enfrentamiento objetivo e inmediato a la enfermedad y evitar su propagación.

No hay nada más cierto que un día detrás de otro. Esperemos que el señor presidente diga la última palabra acerca de lo que hará su país.