Hay hitos en la historia que marcan pautas y dejan profundas huellas en las personas. Cuando apenas era un adolescente de 16 años, leía y releía la carta del Che a sus hijos por la increíble dosis de ternura, humanismo y respeto con que ese hombre gigante se despide de "lo más querido entre sus seres queridos". Hoy víspera del Día de los Padres y como merecido homenaje en su 85 cumpleaños, comparto con ustedes este texto increíble que aún cuando ellos ya son adultos y nosotros también, nos hace palpitar los corazones de las personas que la leen: Ahí se las entrego:
A mis hijos
Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre Uds.
Casi no se acordarán de mi y los más chiquitos no recordarán nada.
Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.
Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada.
Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.
Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de
Papá
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